Día Mundial de la Filosofía
Desde el año 2005, el tercer jueves de Noviembre se celebra el Día Mundial de la Filosofía.Sobre la importancia de esta disciplina , sobre todo para los jóvenes reflexionaba el dramaturgo,matemático y Doctor en Filosofía Juan Mayorga hace un tiempo en una entrevista en El País Semanal:
"No se me ocurre que pudiera ofrecerse en nuestros
colegios e institutos una asignatura más útil que aquella que
ayudase a los chavales a pensar cómo usamos las palabras y cómo
somos usados por ellas. Una asignatura que les diese a conocer la
historia de unas cuantas palabras importantes –Verdad, Razón,
Ciencia, Belleza, Justicia, Bien, Mal, Dios, Libertad, Progreso,
Democracia, Nación, Historia…– y los diversos intereses a que
han servido a lo largo de los tiempos. Una asignatura, sí, donde
meditar sobre la relación entre la palabra Tiempo y todas las demás
palabras. Una asignatura en que examinar cómo esas palabras se
abrazan o se enfrentan, cómo esconden o se esconden, cómo devoran
otras o son engullidas por otras. Una asignatura donde preguntarse
qué tienen que ver el lenguaje, el dinero y la guerra. Una
asignatura en que indagar quiénes y por qué eligen las palabras con
las que pensamos, las palabras en las que vivimos.
Esa asignatura tendría entre sus primeros asuntos
el significado del verbo ‘educar’. Se ofrecería en cada curso y
en las mejores horas de cada curso, porque ninguna exigiría tanto de
profesores y alumnos. Y al acabar el bachillerato, todos tendríamos
que seguir estudiándola, porque nunca se nos aprobaría.
A una asignatura así, la más urgente, podríamos
dar el nombre de aquella otra que el Ministerio de Educación ha
decido arrojar al trastero de cachivaches inútiles. Podríamos
llamarla Filosofía."
Y también resulta esclarecedor el excelente artículo publicado por el periodista David Torres,Filosofía para españoles:
"No hay muchos físicos españoles que hayan ganado el premio Nobel de
la disciplina. Ahora mismo, así, a bote pronto, no recuerdo ni uno.
A lo mejor es porque no los hay. Resulta un poco extraño, con lo que
cuidamos aquí la Física, tanto que tenemos a un montón de
presidentes y ex presidentes haciendo footing, marcha atlética
y abdominales. Debe de ser por eso que en la última reforma
educativa, la LOMCE, se han cargado la asignatura de Filosofía, por
hacer sitio a la Física, la Química y otras cosas de mayor
importancia. España es que está a rebosar de filósofos, nos salen
por las orejas, desde los platós de Sálvame, donde no paran de
publicar libros, hasta el mismísimo Mariano que el otro día parió
la versión hispánica del cogito ergo sum cartesiano con su
centelleante “un vaso es un vaso y un plato es un plato”.
En España hay tantos filósofos que los producimos a pares: Ortega y
Gasset, Santiago y Bernabeú, Una y Muno, Amancio y Ortega. Aquí el
saber no ocupa lugar pero la incultura copa televisiones, emisoras de
radio, bares, estadios de fútbol, catedrales, agencias de
publicidad, conferencias episcopales, plazas de toros, cuarteles y
sedes de partidos políticos. Había que ver a los tertulianos de
Cristo Rey mofándose del currículum de algunos dirigentes de
Podemos. “Universitarios” los llamaban, pegándose codazos unos a
otros, y no les faltaba más que el palillo en la boca. “Serás muy
listo para los libros pero muy tonto para la vida” es el axioma
principal en el país de Jesús Gil y de Belén Esteban, una tierra
donde el analfabetismo campa por sus fueros y donde dos y dos son
Tele5. Aquí, en cuanto el bruto de turno oye la palabra “cultura”
no le hace falta sacar la pistola: basta con sacar el mando a
distancia o el crucifijo.
Visto lo visto, los políticos han decidido que el amor a la
sabiduría (etimología exacta del término) no hace ninguna falta
cuando algunos de los compatriotas más exitosos (ellos mismos, sin
ir más lejos) son auténticas lampreas. Resulta mucho más lucrativo
el amor a la ignorancia, la estupidez y la burricie. Al fin y al
cabo, ni Sócrates ni Hume ni Schopenhauer murieron millonarios.
Tampoco ganaron elecciones por mayoría absoluta, ni dirigieron
empresas, ni presidieron equipos de fútbol. Wittgenstein regaló una
fortuna, o sea que tampoco debía de ser muy listo, mientras que
Nietzsche acabó sus días encerrado en la alcoba, hablando con su
almohada. Nuestros ilustres dirigentes piensan que pensar tampoco
sirve de mucho, lo mismo que aquel sargento de la mili que, cuando le
pedimos que nos prestara un aula para enseñar a leer y a escribir a
unos reclutas recién aterrizados, respondió: “¿Y para qué
querrían éstos aprender a leer, si yo sé y no leo?”
“La filosofía no vale para nada” dicen los nuevos pedagogos,
como si cosas tan básicas como la democracia, los conceptos de
libertad o igualdad y la declaración de los derechos humanos se
hubieran caído de un almendro o las hubieran pensado un par de
arzobispos entre el vino de misa y la hostia consagrada.
Por eso mismo han devuelto la religión a su lugar de honor en las
aulas, para que los chavales dejen de pensar y se dediquen a rezar el
rosario, a no leer libros, a votar lo que toque y a obedecer a los de
arriba. A ser posible, de rodillas."
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario